Yosemite y su Capitan tienen una majestuosa y mítica pared, The Dawn Wall, la pared del amanecer. La llaman así por recibir los primeros rayos del sol al nacer cada nuevo día. Nuestra Pared del Atardecer es infinitamente más modesta, no tiene mil metros de altura sino noventa; ni un granito compacto con fisuras de ensueño, tan solo barro duro mezclado con caliza mediocre; ni está en un valle mundialmente conocido por su extraordinaria belleza, sino en el pequeño cañón que forma el Río Guadalaviar al liberarse de su embalse. Pero es nuestro pequeño Yosemite a cinco minutos de casa, ese cercano paraíso natural que llena mañanas y tardes con grandes sensaciones sin necesidad de viajar a montañas lejanas.
LA PARED
Tiene una orientación suroeste. Cada tarde enrojece cuando el día llega a su fin, creando una atmósfera especial con el silencio que trae la oscuridad inminente y el flujo del río a sus pies.
A principios de 2019 comenzamos a trabajar en ella, amenazados por bloques en equilibrio precario, descubriendo cantos imposibles bajo polvo y arena, o repisas enterradas pidiendo ver la luz. Trabajo e ilusión hasta hacer el sueño realidad: la Pared del Atardecer con su núcleo central y dos sectores diferenciados en los extremos.
<<< Sector Cueva de La Murciégana - - Sector Espolones >>>APROXIMACIÓN SECTOR CENTRAL
Al quedar en el centro, tenemos las dos posibilidades que detallamos en los sectores Murciégana y Espolones:
VÍAS SECTOR CENTRAL
La zona central, que comprendía al principio desde Sol de Atardecer (4) hasta la Vía de Mario (15), se vio completada en 2020 con dos nuevas vías a su izquierda, Tempus Fugit (10) y El Rap de Icete (14), quizá las últimas líneas lógicas con material de cierta calidad que ofrece la pared.
Puede accederse a ellas, como al resto del sector, desde el cercano sector de la Murciégana, a través de la sirga instalada junto a Maestro Budri, que permite ganar la repisa a pie de vías.
El Sector Central de la pared aglutina el mayor número de vías y las de mayor dificultad, moviéndonos entre el 6a y 6b, que no superan en ningún momento. Las vías son de dos largos y rapelables, aunque en todas podremos salir por arriba cuando las terminemos de escalar.
La calidad de la roca varía entre tramos y vías, pudiendo encontrar caliza compacta y también la roca-barro de nuestro cañón, tan apreciada por los amantes de la incertidumbre y de los sustos. Aun así, hay vías que merecen ser escaladas por su belleza y ambiente.
VÍA DE MARIO
En la parte izquierda encontramos una bonita vía dentro de este sector, la Vía de Mario, que puede utilizarse también, si tenemos localizado su rápel, para bajar a la base de la pared si no queremos hacerlo andando. Serán dos rápeles de 25 m o uno de 50 m, con una línea muy recta que facilita las maniobras.
EL RAP DE ICETE
Vía de 45 m. equipada en dos largos, aunque la podremos escalar de tirón por su rectitud y convertirla en un bonito largo, muy largo. Su grado está en torno a 6a/ 6a+ (paso puntual de 6a+, resto 6a asequible). Predomina la roca buena y la verticalidad. Desde la R2 podremos rapelar para seguir escalando o salir por arriba, ayudados de una maroma que conecta con la reunión de La Placa de Leo.
TEMPUS FUGIT
Vía de 40 m. con posibilidad de hacerla en dos largos, opción recomendable si el segundo anda un poco justo de grado por el paso de 6a+ nada más comenzar. También la podemos hacer de tirón ya que apenas hay roces, obteniendo un buen rato de escalada y disfrute. Al llegar al final, podremos igualmente salir por arriba o rapelar y seguir escalando vías a derecha e izquierda.