Itinerario Distancia Ascensión acumulada Nivel (1-3) Fecha
CIRCULAR 12,5 Km 425 m 2 26/2/2023
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Miradores del rodeno

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El Paisaje Protegido de los Pinares de Rodeno, uno de los espacios naturales más singulares de Teruel, tiene su centro de interpretación en la antigua casa forestal del puerto de Dornaque, edificio de más de un siglo de antigüedad que fue terminado de rehabilitar con este fin en el año 2000.

Enclavado en una pradera entre los ríos de arenisca depositados hace 250 millones de años, a 3 Km de Bezas aunque ya en el término de Albarracín, Dornaque cuenta con un amplio merendero que se prolonga por un paseo accesible de un kilómetro hasta la Fuente Buena. El centro de interpretación sirve de punto de partida para varias excursiones en la zona.

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Mirador del Puerto desde Peña Escopeta (arriba)


Al norte de Dornaque, se extienden tres alineaciones montañosas paralelas que forman una transición ondulada entre la sierra y la llanura del Jiloca. Delante se eleva como avanzadilla la potente mole de Peña Carbonera, a su espalda el Puntal del Mosquito y, más atrás, el escarpado frente de rodeno con cortados infranqueables en casi toda su longitud. Los balcones de arenisca sobresalen como almenas sobre el pinar, formando varios miradores que dominan la pista vecinal asfaltada entre Bezas y Albarracín (VE-TE-05). Para acceder a ellos suele aprovecharse el GR-10, que transita en paralelo como un paseo de ronda por detrás de la muralla.

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Vistas desde el Mirador del Puerto: murallas de rodeno y Peña Escopeta hacia el sur (izquierda), y Puntal del Mosquito y Peña Carbonera hacia el este (arriba).


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Esta ruta circular en sentido horario combina el sendero local SL-TE 21, entre Dornaque y Pieza Llana, con una prolongación que sigue en parte el GR-10. A partir de este último, incluye la visita a los dos miradores más próximos: el Mirador del Puerto, bien señalizado y acondicionado, y el más salvaje de Peña Escopeta, que requiere aventurarse entre el pinar y las rocas sin senda definida, en general con ayuda del GPS.

SL-TE 21 (SENDERO S4 DEL PAISAJE PROTEGIDO)

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La Ceporra de los Cuatro Pinos es un curioso ejemplar de cuatrillizos de pino que surgen del mismo tocón, adornado con un zócalo artificial de piedra


El escondido mirador que figura en los mapas como Peña Escopeta es también conocido localmente como Peña de los Cuernos, por la curiosa disposición de sus bloques cimeros vistos desde lejos.

CEPORRA DE LOS CUATRO PINOS

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PEÑA ESCOPETA O PEÑA DE LOS CUERNOS (derecha, desde los altos del Mosquito)

Gnammas

La disgregación de la roca por efecto fisicoquímico de las oscilaciones de temperatura y humedad, o meteorización, crea en las superficies horizontales de arenisca depresiones redondeadas, menores de un metro por lo general, que se denominan gnammas o pilancones. En el Mirador del Puerto encontramos una excepcionalmente grande, de casi cuatro metros de diámetro.

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Anillos de Liesegang
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Son bandas o anillos concéntricos causados por un proceso de precipitación periódica de fluidos saturados de minerales en rocas porosas, que obliga al agua a moverse entre los depósitos, creando un característico modelado paralelo, más o menos curvado. Son habituales en el rodeno.

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La sierra de Javalón desde el Mirador del Puerto

MÁS INFORMACIÓN


Partimos del aparcamiento asfaltado de Dornaque por el paseo adaptado, en dirección a Fuente Buena (SL-TE 26), pero a mitad de camino (500 m) tomamos ya un desvío que parte por la derecha, en ascenso por el camino de la Nava en la ladera del cerro de los Vaquerizos. Poco antes de la Masía de la Nava, el sendero ataja por la derecha siguiendo un cortafuegos hasta el camino que pasa junto a la Ceporra de los Cuatro Pinos.

A la altura de la ceporra abandonamos el camino evidente y entramos en un pinar bastante llano, siguiendo hitos escasos en dirección a una mole rocosa que esconde un abrigo de ganado. Continuamos en la misma dirección para salir enseguida a un camino forestal con marcas del GR-10, que seguimos a la izquierda hasta desembocar en otra pista más amplia, procedente de la Nava, con carteles que orientan hasta el Mirador del Puerto.

Iniciamos el regreso por el mismo camino, aunque poco antes de un kilómetro tomamos ya un desvío a la izquierda de menor entidad, que pasa junto a una lagunilla seca y, poco después, se abandona de nuevo a la izquierda por un sendero que se difumina al aproximarse al lomo de Peña Escopeta. Para acceder a la peña hay que buscar una cornisa por su parte derecha, con algún hito, que la remonta hasta asomarse a los cortados.

Bajamos de la roca por la misma rampa y continuamos la navegación, buscando trazas de senda por los pasillos del bosque hasta encontrar dos grandes edificios rocosos entre los cuales se inicia un descenso fácil hasta el GR-10, que seguiremos ahora hacia el sur. Pasamos por el cruce del collado de Pieza Llana (enlace PR-TE 21 y 115), donde seguimos recto hacia la Peña de las Siete Clochas y, tras un pronunciado descenso hasta cruzar la pista asfaltada, continuar por el otro lado en la zona de Valdepesebres. Las señales nos encaminan ya sin problema hasta el punto de partida.

Además del PR-TE 21 ó S4, existen otros dos senderos balizados en la zona del rodeno que parten del CI de Dornaque: el PR-TE 22 ó S5 por el Barranco de las Tajadas y Peña del Hierro, más corto (4 Km) aunque disfruta también de espectaculares formaciones de areniscas y conglomerados, además de muestras de arte rupestre levantino; y el PR-TE 116, más largo (17,3 Km), que pasa por la laguna y el pueblo de Bezas y es apto como sendero de BTT y ecuestre, además de pedestre.

Por otra parte, el PR-TE 115 que parte del área recreativa del Navazo, cerca de Albarracín, se asoma a los miradores situados más al norte y rodea el resto por debajo y luego por detrás de los cortados, enlazando al sur con el PR-TE 21 en la zona de Pieza Llana.

El paisaje del rodeno tiene un evidente peligro de caída y precipitación incluso en zonas acondicionadas, por lo que requiere atención especialmente en excursiones con niños. Con calzado adecuado, la arenisca es por fortuna muy adherente excepto cuando se encuentra húmeda.

La escasez de referencias en el pinar hace casi imprescindible el GPS para seguir rutas como esta que abandonan en algún tramo los senderos marcados, incluso para excursionistas con experiencia.

FOTOS: Luz Guillén, Nacho Latasa, Julio Torres