Itinerario | Distancia | Ascensión acumulada | Nivel (1-3) | Fecha |
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CIRCULAR | 13,9 Km | 560 m | 1 | 22/1/2023 |
La transición entre la vega del Turia y las muelas que la flanquean tras el paso del río por Teruel ofrece excursiones interesantes, sobre todo hacia la vertiente occidental, con mayor relieve y riqueza forestal. A la altura de Villel, varios cauces originados cerca de Rubiales confluyen para formar la rambla Chartera, que se abre paso labrando un pulcro y angosto desfiladero con paredes de cincuenta metros, el barranco del Tranco.
Esta excursión se ha convertido en una de las imprescindibles cercanas a la capital, a raíz de la equipación del barranco en 2010 con peldaños, pasamanos y hasta escaleras metálicas, como parte del acondicionamiento del sendero local SL-TE 2 (Sendero del Agua de Villel), que coincide en gran parte con nuestro recorrido.
Partimos del santuario de la Virgen de la Fuensanta, un lugar de notable interés histórico. Seguiremos el mismo camino de ida y vuelta hasta el embalse de Villel, y a partir de ahí un recorrido circular. Así evitamos los tramos más próximos al pueblo, incluyendo los 2,5 Km de asfalto que lo separan del santuario.
LA FUENSANTA, HISTORIA Y LEYENDA
El Santuario de la Fuensanta es un complejo religioso que mezcla historia y leyenda. Según la tradición, en lo alto de la montaña que se divisa enfrente apareció en 1238 una imagen de la virgen ante el pastor llamado Juan Pérez, a quien sanó un brazo y encomendó su deseo de ser venerada en una ermita que debía edificarse más abajo. El punto exacto sería señalado por el surgimiento milagroso de un manantial con propiedades curativas, la fuente santa.
La Fuensanta en el fondo del barranco (derecha), vista desde la pequeña capilla de La Aparecida (foto inferior derecha).
Fachada suroste de la ermita y arco sobre el camino que une la ermita y la hospedería (abajo).
La cruz de Malta, insignia de la orden hospitalaria, puede verse junto a una efigie de la virgen sobre la puerta principal que da al camino. Todo ello se enmarca bajo un arco de medio punto en una de las paredes largas del masivo edificio de planta rectangular construido en mampostería.
La pared larga opuesta aprovecha la muralla rocosa donde brotó la fuente medicinal, mientras que la pared corta que mira a oriente (al NE para ser exactos), adornada en el exterior con un vistoso alero mudéjar, es la que alberga la capilla principal con el camarín de la virgen. Frente a ella se encuentran la puerta primitiva y el coro. Por encima de las bancadas de la nave, destacan en estilo gótico tardío las nervaduras estrelladas, de intenso color rojo vinoso sobre el blanco del techo.
Un pasadizo elevado sobre el camino que soportan dos arcos desiguales une la ermita con una antigua hospedería. Cuadras, fogones, merenderos y las ruinas de la casa del prior, que se encontraba 200 metros más abajo en direcciòn a Villel, completan el conjunto.
El pulido tajo excavado por la rambla Chartera en su camino hacia el Turia debe su nombre a los resaltes verticales de roca (o trancos) que jalonan el fondo del estrecho. Estos pasos requerían antes para su descenso tres rápeles de entre 6 y 8 metros, desde instalaciones actualmente retiradas, y varios destrepes cortos.
Su conversión en sendero equipado lo hizo desde entonces poco adecuado para el barranquismo pero accesible en ambos sentidos para cualquier excursionista, incluso con niños acompañados a partir de 4 ó 5 años. En la boca sur del barranco, cerca de la fuente Chartera que, como la Fuensanta, mana de una fisura en la roca, existen también vías de escalada que trazaron antiguos miembros de nuestro club, allá por los años ochenta.
Como parte del sendero local de Villel, es ahora una ruta al alcance de todos y cada vez más frecuentada y conocida, en detrimento de su anterior exclusividad para los más aventureros, al igual que sucede en otros recónditos rincones labrados por el agua en la provincia de Teruel.
FOTOS: Luz Guillén, Manuel Bellido, Julio Torres